domingo, 17 de octubre de 2010

"Zapatitos"



Una vez más se encontraba el misterioso personaje en busca de una víctima para su gran colección, despertaba de un macabro sueño y posteriormente pasaba a vestir como ya era de costumbre sus zapatillas color amarillo intenso como los rayos del sol las cuales iluminan en un hermoso día . Se dirigía a la cocina para elaborar su desayuno pero lamentablemente debido a tantas cosas que pasaban por su mente, tal vez toda la culpa que sentía a causa de sus acciones, terminó por derramar aquella sustancia la cual ingeriría como alimento.

De inmediato se retiro de su domicilio y al salir de su vecindario observó a un mendigo al cual le propino un par de monedas, caminó hacia su vehículo, un auto modesto en donde sobresalía la palabra "TAXI", y se sentó al volante, para su sorpresa lo había acompañado un perro el cual se veía muy hambriento al ver que este misterioso personaje llevaba en la mano un pan con jamón, muy amablemente le convido un poco de jamón y puso en marcha su medio de transporte.

En otro lado de la ciudad una mujer se encontraba con su pequeño hijo, ella era victima de maltrato físico y mostraba desesperación por salir de ese estado. De inmediato fue en busca de un taxi y detuvo al primero que paso por su camino, se subió al auto en la parte trasera y recibió un pañuelo por parte del chófer quien era nada menos que nuestro protagonista.

Cuando llegaron al lugar deseado por la mujer de inmediato el muchacho se bajó del volante y abrió amablemente la puerta trasera para que salieran sus pasajeros, de pronto la pobre muchacha sacó un billete y se lo entregó al joven, pero grande fue la sorpresa de esta dama que su billete fue devuelto como señal de compasión y de solidaridad hacia ella, un gesto que solo una buena persona haría en esos momentos.

Madre e hijo siguieron su camino y terminaron en un restaurante en donde pudo observar un aviso que expresaba que se buscaba una señorita para que ofrezca servicios de mesera, no dudó ni un segundo en ir por ese puesto para poder salir de esa situación tan incomoda en la cual se encontraba.

Como si fuera un gran espía se encontraba el joven taxista observando a la mujer saliendo rápidamente de aquel lugar, madre e hijo se encontraban caminando rápidamente como si estuvieran corriendo, escapando de algo muy peligroso, en un abrir y cerrar de ojos la muchacha cargo en sus brazos a su pequeño y seguían su camino.

De pronto apareció el taxi que estaba al volante del misterioso joven de las zapatillas amarillas tan resplandecientes que parecían el mismo sol, manejaba a gran velocidad como si estuviera persiguiendo a alguien, pues nadie sabia que esos sueños macabros se harían una vez más realidad, la pobre mujer acompañado de su pequeño estaban cruzando la pista y el vehículo con gran velocidad los arroyó sin piedad.

Este hombre mostró su verdadero rostró, pues su alma estaba tan llena de maldad que ni sus zapatillas amarillas podían ponerle color a su vida. Esta mujer y su hijo no eran las primeras victimas, todo parecía indicar que antes de ellos hubieron muchos más.

Despúes de unos días se encontraba él nuevamente para salir a "trabajar" y al sentarse en el volante podía observar como un pequeño zapatito estaba colgado en la parte superior como un trofeo, pues se trataba nada menos que de los zapatos del pequeño al cual atropelló. Alargó su mirada hacia la derecha y se puso a observar otros zapatos más que se lucían como símbolos de la crueldad que ocultaba dentro de él que ni sus zapatillas amarillas tan radiantes podrían terminar con el lado oscuro, el verdadero sentir de este miserable.

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